martes, 21 de diciembre de 2010

Great Expectations

calvinhobbes_friends
Hace un tiempo un amigo de Facebook preguntaba en su status qué era la amistad. En uno de esos días en que comento cada cosa que es posteada, intenté contestar y no pude. En realidad no pude hacer una definición rápida. Después de un rato leí lo que le habían puesto sus amigos y encontré todo bien mamón, bien de tarjeta Village. Y hace un par de días, conversando con Daniel nos dimos cuenta que tenemos una visión distinta de lo que es la amistad y lo que uno espera de los amigos.
Parece que yo espero mucho de mis amigos (amiguis, no se asusten) que él. Daniel no espera nada. Que no sean chuecos con él, no más. Y si es que.
Yo tengo pocos amigos. Si hago una fiesta e invito a mis amigos más íntimos sería una fiesta pequeñita. Sí soy de hartos conocidos, de tener buena onda con harta gente y cuando nos topamos es entretenido y ya, en una de esas nos topamos de nuevo. Hay varios de esos conocidos con quienes me gustaría ser más amigos, pero los caminos no se han topado pero no hay gran rollo con eso.
Pero mis grandes amigos son pocos. Y por ellos doy todo y sin darse cuenta ellos me dan mucho a mí. Las amistades que han muerto, en muchos casos han sido porque yo siento que he dado mucho y que no he recibido nada a cambio. Esto de dar y recibir es el trueque que Daniel no comparte. Pero no es un trueque interesado, no es una condición explícita (o si no sería una bitch) sino que es una armonía, un flujo de confianza que debe sentirse rico y que dan ganas de más.

Yo y mis amigos somos seres imperfectos, con algunos hablo de unas cosas y con otros de otras, con unos hablo de todo; con algunos hablo o nos vemos un par de veces al año y con otros pasan meses y con unos estamos en contacto permanente. Porque así se dan las cosas. Pero con todos volver a vernos nos da esa sensación de habernos visto ayer y con todos, al verlos, el tiempo se detiene, nada más importa que ese momento. No hay un indicador de tiempo que uno debe estar con un amigo, ni esperar que sean perfectos o de determinada manera, o que sólo me den buenos consejos o me hagan sentir bien conmigo misma. It’s complicated. Es una complicidad que en algún momento se dio y que por ambos lados se nutrió y la amistad creció.
Es raro. No hay condiciones. Sólo cariño y confianza. Pero igual eso se puede quebrar. Se puede quebrar si los llamo con algún problema y no contestan, si se sienten por decirles algo que creo cierto pero no les gusta, si quiero saber de ellos pero no contestan (sobre todo cuando uno sabe que están con problemas). Hay implícitamente una especie de toma de turno que si no funciona, de a poco comienza a morir la flor. Y se desvanece. Sin particular mala onda, pero sí con un gustillo a leve a decepción porque seguramente, como soy yo, me imaginé todos eso cafés bien conversados, esos escapes a la playa, esas conversaciones/chateos largos, todos esos lindos momentos que se comparten y que nutren las relaciones.
Pero somos grandes y la vida sigue. A veces la misma vida nos separa, nuestros mismos problemas o cambios de visión de algunas cosas nos separan y con la falta de contacto nos damos cuenta que no era para tanto. No te buscan ni para reír o llorar, ni para la cotidianidad, no les interesa qué es lo que te está pasando, les da lata, no hay nada que en realidad quieran compartir contigo, su vida no es mejor al contar contigo.
¿Es esto egoísta? (Pregunta abierta y sincera, no retórica)
Y quizás de eso se trata: de querer compartir partes de la vida, las risas y las tristezas, los logros, los momentos de paz; de contar con el apoyo, de querer un cómplice. De querernos y aceptarnos como somos. 
Y he tenido suerte. Porque tengo los mejores amigos del mundo. Y lo sé sobretodo ahora, en que están tan lejos pero tan cerca.

4 comentarios:

Lady of the Cats dijo...

Me parece que este posteo me llega en el momento preciso. Este año precisamente "sufrí" un alcachofazo respecto de este tema de la amistad, y era que precisamente siempre me he sentido como tú, que doy mucho y por "lógica" uno espera recibir lo mismo, o al menos en forma similar, sino la condición de amistad se desbalancearía. Y también siempre he esperado mucho de mis amigos puesto que yo siempre me he esforzado en ayudarlos y darles lo mejor de mi. Pero descubrí que la cosa en este universo no funciona siempre así, es más, muchas veces uno recibe menos de quien uno ha entregado más y a veces recibes mucho de personas que no te lo esperas ni les correspondería darte nada. Mi conclusión al respecto es que es mejor hacer lo que dice tu marido, "no esperar" nada. Otro amigo me decía una vez que al esperar cosas, te aferras a un futuro, una condición que no sabes si sucederá o no, por ende solamente hay que enforcarse en el aquí y en el ahora, y dar sin esperar nada, sólo por el placer de dar. De otra manera mejor no dar, ni aferrarse o apegarse a las cosas o a la gente. Creo que a veces uno pone estándares muy altos a los demás que no siempre son capaces de satisfacer y eso genera furstración a la larga. No sé si me doy a entender. Al final concluí que para los estándares que tenía no había casi ningún amigo que los cumpliera, así que mejor o bajo mi estandar o me declaro sin amigos. En este minuto me declaro "sin amigos" pero abierta a conocer y darles lo que pueda (no lo mejor, sino que lo suficiente) de mi a la gente si no también es desgastante sentir que uno da mucho.

Gabi dijo...

LOTC: Entiendo lo que dices y estoy de acuerdo. Esto de “esperar” es bastante etéreo en el sentido que uno en realidad no sabe lo que espera, pero hay una especie de sentimiento de complicidad que hay que alimentar y pareciera ser que es eso lo que uno espera, que te alimenten la buena onda que hay entre dos personas o en un grupo de amigos. Yo tampoco sé que esperan de mí, ni lo pienso tampoco, si estoy ahí es porque me nace, pero a veces deja de nacer… Entonces mi pregunta es ¿por qué? Ha sido raro pensar en esto porque de verdad podría parecer tan simple, pero no lo es, es difícil poner palabras, buscar una definición.
¡¡¡Feliz Navidad!!!

Lady of the Cats dijo...

Sí, es cuático eso de esperar reciprocidad. Quizás una de las lecciones más grandes que he aprendido este año está en un proverbio que dice "Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos" (Confucio). Básicamente he llegado a la conclusión de que uno "debe hacer el bien sin mirar a quien" y no esperar nada a cambio, sólo dar el bien, y que éste se vaya, sin apegos. Luego el universo se encarga de retribuirte ya sea, directamente con esa persona o muchas veces (la mayoría) el bien se devuelve por otros lados.

Gabi dijo...

LotC: Estoy totalmente de acuerdo. Tu cita lo dice todo. No sé si me di a entender muy bien. Lo de “esperar” es bastante etéreo en el sentido que uno en realidad no sabe lo que espera, o no espera nada, pero hay una especie de sentimiento de complicidad que hay que alimentar y pareciera ser que es eso lo que uno espera, que te alimenten la buena onda que hay entre dos personas o en un grupo de amigos. Yo tampoco sé que esperan de mí, ni creo que lo hagan, ni lo pienso tampoco, si estoy ahí es porque me nace, pero a veces deja de nacer… Entonces mi pregunta es ¿por qué? ¿ Por qué se acaba la buena onda? Ha sido raro pensar en esto porque de verdad podría parecer tan simple, pero es difícil dar con una definición.