jueves, 5 de febrero de 2009

Mi estado en Facebook

Han salido varias noticias en los medios por los 5 años de Facebook. Hay blogs y comentarios bajo la noticia a favor y en contra de la custión. Yo, entiendo el poco sentido que le encuentra la gente y me empieza a asustar dodo lo que dicen de que venden la información de los usuarios. Pero no vivo en Chile y Facebook es una de los medios más importantes que tengo para mantenerme en contacto con mi gente y más aún, sentirlos cerca, sentir que estoy más cerca de la cotidianeidad. Y pienso en Facebook y es el primer sitio al que me meto cuando me meto a internet. Nunca, eso sí, he sido bueno para los estátus (What are you doing right now?) y me cuesta pensar en qué poner, pero durante el día se me van ocurriendo cosas. Y es raro, porque uno está más consciente de lo que hace y lo que es peor y encuentro ashroz es escribir sobre uno en 3 persona. Hice el ejercicio un par de días, y estos han sido mis estatus, al menos en mi cabeza.

¿Qué estás haciendo ahora?

Gabriela espera terminar de leer el libro hoy
Gabriela por primera vez ve nevar con cuática
Gabriela pensó que le película era mañana
Gabriela tiene problema para hacer tortillas, siempre se le queman

martes, 3 de febrero de 2009

La Mañanera

Definitivamente no soy buena para las mañanas. No soy como mi mamá que se levanta a las 7AM aunque no tiene nada que hacer, ni cómo Daniel que a las 8 de la mañana salta de la cama para hacer un millón de cosas. Muy vitamina. No. Las mañanas para mí son difíciles. Son largas. Son torpes. La única motivación decente es que me vayan a retar en la pega, o que tenga un compromiso temprano.

Siempre hago lo mismo. Si pido una hora al doctor o una reunión, que sea lo más temprano posible, para empezar mi día temprano, aprovechando cada minuto. Y suena el despartador y me reto a mi misma: ¿En qué estaba pensando cuando fijamos esa hora? Y mientras trato de despertar, miro el reloj y planifico: "si me ducho en 5 minutos y no tomo desayuno, puedo estar allá en 20"; o pienso en excusas: "tengo una rueda mala en la bicicleta y me tuve que venir a pie".

Y esto no es reciente. Incluso me acuerdo cuando era muy chica y era invierno y cuando salía de la ducha, me tapaba con la toalla que había estado cerquita de la estufa y me quedaba dormida así, de pie, envuelta en la toalla. Si no fuera por mi obsesión con la responsabilidad, sería peor. Llegaría tarde a todas partes, o no llegaría, y me acostaría a las 4, 5 de la mañana todos los días.

sábado, 24 de enero de 2009

Achoclonados

Ahora con un poco más de distancia, uno ve las cosas más en perspectiva. Hace una semana regresamos de Santiago, donde visitamos a la familia y a los amigos por un poco más de un mes. Los dos volvimos con un poco de gusto a poco, porque no vimos a todos a quienes queríamos ver, ni a los que vimos los vimos lo suficiente. Nunca es suficiente. Y de actividades mañana, tarde, vermouth y noche, regresamos al silencio de nuestra vida en Reading, donde, en mi caso, sólo tengo a Daniel. El teléfono nunca suena, y puedo dormir hasta tarde porque no hay ruido (ni calor).

El mes en Santiago sólo me hace confirmar que soy una persona totalmente social (y re-chilena, además). No hay cómo estar rodeada de gente, sobretodo si es gente que uno quiere. En mi pequeña vida ahora siento la falta de esas voces conversando alrededor mío, cómo si fuera música. Y siempre algo acontece, siempre hay un cumpleaños o algo para celebrar, cómo el viernes, para que mis amigos celebren que ha llegado el fin de semana. Y está uno, al pie del cañón para compartir y conversar. A lo que venga.