viernes, 2 de mayo de 2008

7 años

Hace siete años, en víspera de 1º de mayo, una amiga me armó una semi-cita a ciegas. Semi, porque eramos tres con ella y ella no llegó. Yo lo sabía, pero él no. Tuve que poner cara de sorpresa cuando me llamó al celular para avisarme que había tenido que ir a Valparaiso. Estuvimos en la plaza de Ñuñoa en un par de bares, recuerdo que en el primer bar se me cayó una piña colada de puro nervio. Después fuimos al HBH. Hasta hablamos de fútbol. Al salir nos dimos nuestro primer beso. De ahí salimos a bailar a la Blondie, sólo para rechequear. Llegué como a las 4AM a mi casa y al otro día le dije a mi mamá que estaba pololeando.


Me acuerdo que ese 1º de Mayo él se juntó con unos amigos a jugar playstation y yo fui a Homecenter a comprarme una lámpara de escritorio.

Y ahí comenzó la historia.

Y yo celebro cada aniversario.

El no entiende mi rito de celebración. Yo lo defiendo. Miro hacia atrás y miro el presente. Es como un juego. Y sólo termino agradeciendo a todo lo que ha pasado, lo bueno y lo no tan bueno.

Pero este blog no es sobre eso, creo. La verdad es que no lo sé muy bien. Todavía.

Y tengo que decir: sólo una vez más me acompañó a la Blondie. Y dejé de ir. For good.

No hay comentarios: