domingo, 15 de junio de 2008

Oh my God! What a boredom

Esto es típico de día domingo y parece que no hay forma de que cambie esta sensación de fomingo. Estoy tan aburrida que no tengo nada que escribir pero ya me metí en todas las páginas que quería revisar. Así que escribo mientras pienso.

Creo que la luz tiene que ver. Es como que el día no se va a acabar nunca. Está oscuro, oscuro como a las 22.30. Y tiene que ver el haberme levantado como a las 11.00. Dormí mucho. Lo que lo hace peor porque no me va a dar sueño luego. Daniel dice que tengo razones para estar cansada. Yo no creo. Me desperté y le pedí a Daniel que fuéramos al centro para espavilarme. Compramos una máquina para cortar pelo. Daniel quedó pelado y la casa llena de pelos. En las advertencias decía "utilizar sólo para cortar cabello humano". Nos reímos.

Si estuviera en Chile estaría viendo tele. Trato de acordarme qué dan los domingos y no me acuerdo. Ni del cable ni de los canales nacionales. Acá no tengo tele. Ojalá me gustara más el fútbol, siempre hay un partido para ver. Daniel ve fútbol, la eurocopa en internet. Empezamos a ver una serie que arrendamos y estaba re-buena: sugar rush. Hubiera seguido viéndola pero Daniel prefería ver fútbol.



Con el aburrimiento vienen las ganas de comer. Daniel hizo pan y está pasada la casa a panadería. Me comería todo ese pan. Por suerte no compramos mantequilla. Y Daniel compró unos snacks y por suerte son picantes y no puedo comer mucho. La única forma de no engordar es no comprar cosas que engordan o comprar cosas que no podré comer.

Y obvio que tengo que estudiar. Es obvio que estoy atrasada con los plazos que yo misma propuse. Pero no tengo ganas, ni cabeza. El boredom lo domina todo. Pero sé que esta semana voy a estudiar. Todos los días. Sé que será más importante que cocinar y seguramente terminemos comiendo ensalada de lunes a viernes. Con pan casero.

Y también tenía que hacer mis ejercicios. Y de sólo pensarlo empecé a inventar excusas.

Esta ciudad parece pueblo. Es la última semana del año académico y se ven menos estudiantes en la calle. Pero veo por la ventana y veo cómo la gente va a comprar comida rápida. Son muchos. Todos musulmanes. Me dan pena los taxistas. Se bajan a comprar y comen en su auto. Me da pena. Comer sólo. Dejar el auto pasado a curry.

En fin. Espero que me de sueño. Espero que me den ganas de leer mi libro de 1000 páginas que me prestó la Sarah. Estoy al comienzo y todavía no me engancho. Es un largo camino. Espero que no me de hambre. Espero que algo pase y me entretenga un rato.

Lo peor del fomingo es que hay una incomodidad todo el rato. Cómo que preferirías estar haciendo otra cosa. No es como querer echarse y no pararse más. Es echarse pero estar inquieto, restles...

Lo más raro es que se pasa...

Sin foto: me dio lata

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