jueves, 11 de septiembre de 2008

El discurso para mi amiga Sarah (2)

Ahora viene lo que no le dige, porque no se me ocurrió, porque no era el momento o porque lo tuve que sacar porque o si no era muy largo...

Y esto es en español

Mi amiga Mona recordaba que cuando la Sarah llegó a la universidad no se reía ni con un cargamento de Tonys. Esas fueron sus palabras. Y que encontraban que éramos estiradas y pesadas. Que nos decían las "high society". Es raro enterarse de eso 10 años después. Es lindo darse cuenta que al final hicimos re-buenas migas con casi todos, paseo de curso a la playa incluido.

Esto de pensar en la Sarah con la idea de escribir un discurso, me hizo acordarme de muchas cosas, pero sobretodo de lo suertuda que soy de tenerla como amiga, y mas suertuda aún de tenerla acá en Inglaterra. Por lo mismo, debo aprovecharla más. Hay que medir los viajes a Londres porque salen salados. Pero tengo que ver cómo aprovecharla más. Por suerte estamos cerca y no estoy en Escocia, sino que a unas pocas millas de distancia.



La Sarah es la persona con el mejor sentido del humor. Es un humor distinto, negro y ácido. Con ella aprendí a reírme más de las situaciones, de poner todas las cosas, desde lo más cotidiano a lo más elevado, en perspectiva y reírme de cualquier situación. Me acuerdo que una vez mi mamá me retó porque encontraba que estaba tirando tallas muy pesadas, que descalificaba a la gente. Pero es este humor diferente, nada de blanco. Y yo creo que me ha ayudado mucho. Me ha ayudado a ser menos grave, a reírme de las cosas malas y las buenas. O sea, terapia total.

También me acordaba de cuando me contaba los libros que no me leía en la U. Ella era matea, re-matea, le gustaba leer y le salía fácil. Ahí me di cuenta de la famosa mariposa. Que yo no podía concentrarme por más de 5 minutos, que era sacadora de vuelta y que a veces leía pero no entendía nada. Entonces nunca leía los libros de lectura extensiva que tenía que leer. Y la Sarah me los contaba. Era seca para contarte lo más importante. Pero lo mejor era como los contaba. Su estilo narrativo es hilarante. Además que lo mezcla con garabatos y le pone de su cosecha, hace un análisis crítico... "entonces, la weona donde era tarada, le dijo que weno ya"... de ese estilo. Y eso no es sólo con lo que leyó, también con lo que le pasa (y puta que le pasan cosas) y con lo que sueña (y puta que sueña cosas raras).

Me acordaba de cuando preparábamos la tesis. Todo fue un parto. Cualquier otro grupo tira la esponja, se deprime. Nosotros la sacamos adelante. Bastante estímulo mediante. Teníamos nuestras estrategias para trabajar intenso. Nos íbamos a su casa en la playa los jueves en la noche y estudiábamos viernes, sábado y domingo. El lunes nos veníamos temprano y entregábamos un informe a las 10 a la profe. La gracia era que teníamos una noche en que nos relajábamos y carreteábamos, como parte del estímulo. A veces era sentarse a conversar con un copete, pero era impagable. Estudiábamos mientras tomábamos sol, nos dábamos un break para caminar por la playa. Hicimos "terapias" parecidas con todas las materias. Me acuerdo que estudiábamos fonología en Valparaíso porque teníamos examen. Y estábamos hasta tarde y después carreteábamos un rato. En Santiago si teníamos una jornada productiva salíamos a tomarnos una cerveza y conversar.

El alcohol, a pesar de lo que ha sugerido el comportamiento, nunca ha sido importante. Con la Sarah es fácil conversar de todo. Y que sea interesante y divertido. Mi amigui.

La Sarah puede tener cara de que las cosas no le interesan. Por eso uno puede pensar que es estirada, porque anda seria. Y por eso se puede pensar que mira para para abajo todo el rato, porque literalmente, mira para abajo. Mide casi 1.80 y el chileno y la chilena promedio? Pero teníamos una compañera que era flaquita y bonita. Nos daba la impresión que en su casa no comía mucho porque se deboraba todo lo que uno le ofrecía y era flaquita desnutrida. Así que la Sarah llegaba con colación y se la ofrecía. A la Sarah muchas cosas le dan mucha pena. Cuando ve viejitos en la calle, niños complicados con algo. Y siempre se preocupa porque todos estén bien. Por su familia, a la distancia. Cada vez que la he necesitado me ha aconsejado sabiamente y se ha preocupado. Así que nada de pensar que es fría, porque es todo lo contrario.

Y la Sarah es divertida. Ya había dicho lo del humor, pero en realidad va mucho más allá de eso. Me hace reír todo el rato, por su humor, por sus relatos, por como cuenta las cosas, por las caras que pone. Tiene una risa contagiosa. Pero no es tony, para nada. Todo en ella es bastante sutil. No es de andar arriba de la pelota, pero si te empieza a contar lo que le pasó ese día te vas a matar de la risa.

Así es Sarah y muchas cosas más. Ya la conozco hace tiempo y hemos pasado por todo tipo de situaciones juntas. Una historia bien resumida es que entramos a la universidad y nos hicimos un grupo de amigas. Se disolvió. Una de ellas desapareció del mapa. Nunca más fue a la U y nunca más contestó el teléfono. Otra la rayó un rato y se cambió de carrera. Otra se cambió de carrera y seguimos en contacto y ahora vive feliz con su pololo en La Serena. Sarah terminó con un pololo y empezó con otro. Terminaron, volvieron y terminaron. Me hizo una cita a ciegas y empezé a pinchar con mi ahora marido. Viajamos juntas a Inglaterra por 9 meses a enseñar español. Ahí nos hicimos más amigui, carreteamos, viajamos, conversamos. Ahí empezó a pinchar con su ahora marido. De ahí terminamos la carrera y ella se vino definitivamente. Yo me quedé allá, trabajé, estudié más y me casé. La vi en las navidades cuando venía a ver a su familia y cuando me tocaba viajar por pega. Y ahora estamos juntas nuevamente en Inglaterra.

Así que la conozco bien. Sé por ejemplo que le gusta el celeste, que tiene el sueño demasiado liviano, que duerme con tapones porque el marido ronca, que siempre está hinchada, que si va a salir va a tomar rum and coke, pero si no va a tomar vino. El vino tinto en invierno y el blanco en verano. Sarah siempre tiene frío y le gusta quedarse dormida escuchando a la gente hablar. Tiene que comer cada tres horas o si no se pone mal genio. Le gusta el té con leche y una de azúcar. El café capuccino y en Chile el cortado. Le encanta la Pepsi max. Y comería sushi todos los días o cualquier cosa con arroz. Prepara un pollo al horno esquisito.

Adorable.

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