sábado, 2 de octubre de 2010

Días como hoy


Días como hoy siento nada, sólo siento un vacío que llena todo por dentro sin dejarme respirar.

Días como hoy pienso en todas las cosas que me gustaría romperá azotándolas contra la pared: botellas, platos, vasos, computadores, televisores.

Días como hoy pienso en gritar tan fuerte que se escuchará un eco rotundo en todas partes, pero días como hoy son particularmente silenciosos.

Pensar en eso me calma. Pero me da lo mismo. No quiero calma, ni euforia, no risas, ni llanto. No quiero absolutamente nada.

Días cómo hoy son incómodos. Nada se siente bien. Ni la ropa, ni las horas, ni las comidas. Nada.

Días como hoy quiero fumar. Visualizo ese vacío lleno de humo. Y me da lo mismo.

En los días como hoy no sé si quiero que sea mañana o ayer. Sólo sé que no quiero este día. Ni ninguno.

Días como hoy me siento sola y abandonada. Ni siquiera mi cabeza es buena compañía.

Días cómo hoy me siento prisionera, prisionera en mi casa y de mi cuerpo. No tengo a donde ir. No tengo confidentes.

Me visualizo corriendo y me libera un poco. Pero en esta imagen doy vuelta en círculos y me canso sin llegar a ninguna parte. Por lo que me siento presa de nuevo con ganas de explotar.

Días como hoy soy como una tetera llena de agua a punto de hervir. Por fuera se ve un poco inquieta y por dentro moviéndose, llena de energía, sin paz. Esta tetera no hierve nunca.

Antes, días como hoy dolían, me encorvaban, ahora no siento nada.

En días cómo hoy no tengo alma, no tengo amor. Soy como un animalito desafortunado entregado a la idea de ser cazado.

Lo peor es que días como hoy parecen no acabarse nunca y el vacío tampoco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, yo me sentía exactamente así ayer. Menos mal que como tengo buen ojo con las amistades, llegó una amiga a subirme el ánimo. Me trajo flores y un chocolate. Ahí se me pasó un poco.

Carolina dijo...

My dearest Gabi, no sabes cuanto quiero que esta sea una obra de ficción, o que efectivamente haya sido un solo día. Siempre es un webeo andar con la patada en la guata permanente, y sintiendo que la ropa queda muy grande o muy chica, o se te acaba el hambre mientras tragas. Escribir es bueno. Te mando mi compañía en cada letra, ya que si nos sentimos solas, mejor sentirnos solas juntas. Y si no te sientes sola hoy, mejor, fumémonos un cigarro a lo lejos, a ver si nos resulta conversar por señales de humo!
un abrazo.